Esta brillante mujer nació en el año 370 D.C. en Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno, en una época en la que las mujeres disponían de pocas opciones y eran tratadas como objetos en propiedad. |
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Era hija del celebre matematico Teón. Al ser un hombre dedicado en cuerpo y alma a la ciencia quiso que su hija cultivara de acuerdo con la usanza de la cultura griega, tanto su mente como su cuerpo, por lo que insistió que su hija dedicara las horas de la mañana al ejercico físico, para en la tarde concentrarse en el dominio de disciplinas tales como la filosofía, la matemática, la música y la observación de los astros.
Hipatia,se movió libremente y sin afectación por los dominios tradicionalmente masculinos.
Fue una matemática, astrónoma, física, comentarista de Euclides y Tolomeo, jefe de la escuela neoplatónica de filosofía y el último científico que trabajó en la famosa Biblioteca de Alejandria: un extraordinario conjunto de logros para cualquier individuo de cualquier época.
Dotada de singular belleza y de gran talento, consiguio levantar el espiritu decaido de aquella época.
Tuvo muchos pretendientes pero rechazó todas las proposiciones matrimoniales y esto en su época era inaudito. Se dedicó a alimentar su mente y a convertirse en una erudita.
Escribió varios documentos como un comentario al "Canon astronómico de Tolomeo", otro a la "Secciones cónicas de Apolonio de Pérgamo" y otro sobre el "Canon Astronómico de Diafanto" -convertido este último en un texto de consulta obligatoria para los astrónomos de su época y donde se habla de ecuaciones de primer y segundo grado.
También logró varios inventos entre los que destacan el astrolabio (instrumento que se usaba para determinar el movimiento y la posición de las estrellas), la esfera plana, y el aerómetro (instrumento que mide la densidad del aire u otros gases).
De su escuela salió Sinesio de Cirene, obispo de Tolemaida, quien le pedia consejo antes de publicar su obra.
La Alejandría de la época de Hipatia —bajo dominio romano desde hacía ya tiempo— era una ciudad que sufría graves tensiones.
La creciente Iglesia cristiana estaba consolidando su poder e intentando extirpar la influencia y la cultura paganas.
Esto presentaba una pugna de intereses, pues para la nueva doctrina religiosa, el conocimiento como el de Hipatia era pagano.
Cirilo, el arzobispo de Alejandría, la despreciaba por la estrecha amistad que ella mantenía con el prefecto romano Orestes y porque era un símbolo de cultura y de ciencia, que la primitiva Iglesia identificaba en gran parte con el paganismo.
A pesar del grave riesgo personal que ello suponía, continuó enseñando y publicando, hasta que en el año 415, cuando iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanática de feligreses de Cirilo. La arrancaron del carruaje, rompieron sus vestidos y, armados con conchas marinas, la desollaron arrancándole la carne de los huesos. Sus restos fueron quemados, sus obras destruidas, su nombre olvidado.
Cirilo fue proclamado santo.
Su vida ha dado lugar a una copiosa producción histórica y novelesca, en la que destaca la obra Hipatia, de Ch. Kingsley.