Nos dirigimos hacia el cartel indicativo de inicio de sendero que se encuentra al pie de la carretera y que se inicia con una subida de unos 300 metros, por el Barranco del Negro. Sus laderas la cubren palmitares y cornicales entre otra gran variedad de vegetacion, un contraste verde sobre la oscura roca volcanica.
Es interesante observar las rocas que amarillean debido a los liquenes que las cubren.
A medida que vamos ascendiendo, las vistas hacia la costa son mas amplias e interesantes. Llama la atencion una especie de oasis con palmeras y pinos en la desembocadura del barranco en la cala de los Toros.
A medida que remontando el barranco, observamos unas curiosa oquedades que hay en las rocas del fondo del barranco, llamados cocones, que se llena de agua cuando llueve y que aprovechan aves y otros animales.
Siguiendo el curso del cauce giramos hacie el oeste y continuamos bordeando el Cerro del Carrilazejo, en los que podemos observar los balates o antiguas terrazas de cultivos.
Ascendemos hasta la cabecera del baranco donde nos sorprende la existencia de un pequeño bosquete de pinos. Se trata de un pinar de pino carrasco en una ladera de fuerte pendiente orientada al norte. Se cree que son vestigios de algún tipo de vegetación que alguna vez hubo en la zona. En la parte baja de este barranco, junto a la Cala de los Toros, existe otra formacion de pinos rodeada en sus laderas por espartales, albardinales y palmitos, formando un bello contraste de color con el impresionante litoral de acantilados.
Del bosquete, girando hacia la derecha, subimos al altiplano donde está el cortijo de la Rellana, una construcion de aspecto señorial, con porche y arcos. Desde aqui podemos disfrutar de una vista magnificas.
Si abandonamos el sendero momentaneamente y tomamos una pista a la derecha nos acercamos aun mirador desde donde las vista al valle de Rodalquilar y de la costa son impresionantes.
Retomamos el sendero por una pista de tierra, que en direccion oeste , va hacia los Peñones, el cerro donde se encuentra el radar meteorológico con forma de esfera "la bola blanca".
Pasando la Rellana, cruzamos por una especie de puerta blanca continuando en sentido descendente hasta un cruce de caminos donde acaba la pista de tierra y comienza una pista cementada
Tomamos el de la derecha, delimitado con una cancela, que continua en sentido ascendente.(Si tomamos el de la izquierda, llegaremos hasta la isleta del Moro.)
Al ganar altura las vistas mejoran. A nuestra izquierda divisamos los domos volcánicos de los Frailes, la Hoya del Paraiso, Los Escullos y la Isleta del Moro, mientras que anuestrs derecha podemos ver las explotaciones mineras a cielo abierto del cerro del Cinto y el Valle del Cortijo del Fraile.
La subida continua hasta alcanzar la torreta de recepcion, desde donde iniciamos un leve descenso por la pista. Frente a nosotros, el radar meteorologico que llevamos viendo desde el principio de la subida.
Quinientos metros antes de llegar al radar, dejamos la pista por un camino a nuestra derecha que nos lleva a la cabecera del barranco Requena.
Recorremos un tramo de camino empedrado, por el que se salva un fuerte salto del barranco. La senda es estrecha, angosta y con piso bastante poco firme (importante el uso de bastones para evitar resbalones y caidas).
Este punto es uno de los mas umbríos y frescos del recorrido, lo que permite la aparicion de formaciones vegetales mas densas y exhuberantes de todo el parque natural.
Saliendo del barranco, podemos ver algunos pozos de agua antes de llegar al Cortijo Requena.
A pocos metros alcanzamos el Cortijo Requena, dedicado ahora a cobijo de ganado, donde podermos ver un gran algibe de base rectangular.
Desde aqui, un camino recto, delimitado por pitas, nos lleva al final del sendero, en el cruce de la carretera entre los Albaricoques y Rodalquilar.
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